Kibum cogió su reproductor desde el velador y salió de su habitación, dándole un último visto bueno a su atuendo en el espejo de cuerpo entero que pendía de la pared en el fondo de su cuarto.

Seleccionó un playlist de música electrónica, pues no le gustaba cocinar en silencio, conectó el aparato al minicomponente de la sala y se encaminó a su bien equipada cocina. Apenas había alcanzado a acomodarse el delantal cuando oyó golpes en la puerta.

-Ya llegaron -se alarmó el rubio.

Esperaba a Taemin y a Minho para almorzar, pero no pensó que llegarían tan temprano. Solían ser demasiado impuntuales para su gusto y justo ahora que aún no preparaba nada se les antojaba llegar antes.

Le bajó el volumen a la música y se dirigió a abrir la puerta sin siquiera mirar quién golpeaba pues asumió que serían ellos, luego de ello se encaminó a la cocina mientras les advertía que tendrían que esperar pues aún siquiera comenzaba a cocinar.

-Eh… Creo que no podrás empezar tampoco -le avisó una voz que no era ni la de su sobrino ni la de su amigo.

Kibum se sobresaltó y se giró en sus pies para encontrarse con Jonghyun afirmado en la puerta sin saber si entrar o no.

-Oh. Hola -saludó cuando notó que Kibum no decía nada. -De pronto se fue el agua y… quería saber si tampoco tenías o si sólo se fue en mi departamento -se explicó.

-Hola. Yo… no sé. Iba a cocinar ahora. Déjame ver.

Se dirigió a la cocina en modo automático. No supo qué estaba haciendo hasta que abrió el grifo del agua y no vio salir nada desde la canilla.

Para cuando regresó, Jonghyun se encontraba dentro de su departamento admirando unas fotografías que se encontraban sobre la mesa de centro de la sala.

En una de los cuadros se encontraba Kibum con sus padres, era del año de su graduación -lo que Jonghyun podía deducir por el diploma que Key cargaba en sus manos-, en el otro había un grupo de varios chicos y chicas que lucían el mismo uniforme, el rubio se encontraba sonriendo abrazado a un moreno alto de ojos grandes, todos lucían bastante alegres a decir verdad. En la tercera Kibum se encontraba segundo en un quinteto de chicos sonrientes donde podía reconocer fácilmente a Jinki ubicado a la derecha del rubio, en el otro extremo un chico castaño de sonrisa bastante amplia que se le antojo amigable y carismático y quien a su derecha tenía al mismo moreno de grandes ojos de la foto anterior, y justo en medio del moreno y Kibum había un castaño que poseía un rostro que le resultaba vagamente familiar, pero no podía recordar dónde lo había visto antes.

-Tampoco tengo agua, iré a hablar con el señor Jang -habló haciendo que Jonghyun se volteara a mirarlo. -El conserje -aclaró tras la mirada de confusión que le dio el moreno.

-Te acompaño -indicó Jonghyun saliendo del departamento siendo seguido por Kibum. -Tus padres no han cambiado mucho -acotó respecto a las fotografías que había visto, recibiendo un sonido nasal en acuerdo como única respuesta del rubio una vez que ya estuvieron dentro del ascensor.

El moreno había reparado en el hecho de que Key no tenía fotos de él cuando su cabello era castaño. Había esperado ver algo así cuando se acercó a la mesita.

-Hiciste muchos amigos en Seúl -comenzó a hablar de nuevo, alivianando el silencio que se había apoderado de la cabina en descenso. -Recuerdo que en Daegu eras demasiado tímido para acercarte a la gente siquiera.

-El tiempo pasa, la gente cambia, Jonghyun -consiguió de respuesta justo cuando se abría la puerta del ascensor en el primer piso.

Kibum se fue directo al mesón del recepcionista.

-¡Señor Jang! -llamó alarmando al conserje.

-¿Qué pasa, joven Kim?

-Pasa que no tengo agua y no entiendo el por qué -dijo en tono de berrinche al que el anciano conserje ya estaba acostumbrado.

-Joven Kim -le llamó el señor Jang en un tono que intentaba ser serio. -La circular se la entregué yo mismo la semana pasada.

De pronto, los ojos del rubio se abrieron todo lo que pudieron causando una sonrisa burlona en Jonghyun y una risa descarada en el conserje.

-Perdón señor Jang, lo había olvidado -se disculpó inclinándose levemente al recordar el papel que había pegado en el refrigerador para más tarde leer porque el señor Jang había dicho que era importante, pero que luego olvidó sin darle siquiera una mirada.

-Buenos días -sacó la voz Jonghyun dirigiéndose al hombre tras el mesón. -¿Podría saber por qué no tenemos agua? Acabo de llegar hace unos días y no tenía idea de que esto pasaría.

-Oh, sí, joven Kim. -De pronto el conserje pareció reparar en algo. -Ambos son Kim, de casualidad ¿son familia?

-No -negaron ambos haciendo efusivas muestras con sus manos.

-¡Key! -Todos oyeron el grito que provenía desde la entrada girándose a ver a Taemin correr hacia Kibum y plantarle un beso en la mejilla recibiendo otro de regreso.

Jonghyun lo quedó mirando y volvió a reconocer aquel rostro familiar de la foto.

-Hola, Key -saludó un moreno alto de voz más profunda y sonrisa amplia. A él también lo había visto y no en una sino dos fotografías.

-¡Que no me llames Key! -se quejó el rubio haciendo que el recién llegado soltara una carcajada. -El único que tiene permiso para llamarme así es Taeminnie -aclaró dándole una mirada al castaño que se encontraba ya del otro lado del mesón junto al señor Jang quien miraba divertido la escena. Como siempre.

-Buenas tardes señor Jang -saludó el alto ignorando el regaño de su amigo.

-Buenas tardes joven -respondió el anciano con una sonrisa.

-¿Quién es él? -preguntó Taemin dándole una mirada interrogativa a Jonghyun.

Kibum soltó un suspiro que esperaba pasara desapercibido e hizo las de presentador.

-Taeminnie, ven aquí -le indicó al menor, a lo que éste caminó de regreso al lado de su tío. -Él es Jonghyun, ¿lo recuerdas? Solía vivir cerca de la casa de tus abuelos en Daegu -le explicó. -Lo conociste un verano. - Luego, dirigió su vista a Jonghyun quien parecía haber esclarecido su duda interna. -Jonghyun, él es Taemin, mi sobrino.

-Tae. Claro que me acuerdo. Has crecido bastante -dijo dándole una mirada apreciativa al menor.

-Oh. Ahora me acuerdo. Kim Jonghyun -dijo Taemin encogiéndose con una sonrisa ante el tacto de la mano del mayor revolviendo su cabello. -Tú le pusiste Key a Key -acotó riendo como si eso fuera lo que hiciera que recordara al moreno con más claridad, ganándose la incomodidad del rubio a su lado.

-Y éste es Minho. -Continuó con las presentaciones intentando dejar pasar el comentario. -Minho, él es Jonghyun.

-Un gusto -dijo Jonghyun sin perder la sonrisa, pero esperando saber la conexión entre ellos. Era claro que habían estado en la misma preparatoria, pero uno no mantiene contacto con todos sus antiguos compañeros simplemente porque sí.

-Lo mismo digo -replicó Minho inclinándose un tanto.

-Chicos, no podré cocinar hoy -les advirtió Kibum mirando a Taemin y a Minho.

-¿Por qué? -preguntó Taemin haciendo un puchero. -Key yo quería comer de tu lasaña.

-Porque no puedo cocinar si no tengo agua. No hay en todo el edificio, ¿no es así, señor Jang? -preguntó por soporte al anciano.

-Así es pequeño. No habrá suministro hasta entrada la tarde -contestó el hombre mirando a Tae.

-¿Qué vamos a hacer entonces? Vamos a tener que comer afuera -sugirió Minho.

-Yo quería comer de tu lasaña, Key -musitó el menor abrazándose a la cintura de su tío.

-Yo también -le siguió Minho, abrazando al menor dejando a Kibum en medio de ambos.

-¡Yah! Suéltenme -gritó regañando a los dos que decidieron soltarlo en el instante. -Comeremos lasaña, pero no aquí. Subiré por mi billetera y nos vamos, conozco el restaurant italiano indicado -dijo antes de encaminarse al ascensor sin decir más.

Apenas entró en su departamento se quitó el delantal que se había puesto justo antes de que llegara Jonghyun. Siquiera se había fijado si había regresado a su departamento. Bueno, qué más le daba a él.

Cuando regresó al hall, el moreno aún seguía conversando con los dos menores, para el asombro y desconcierto de Kibum.

-Key, Jonghyun irá a comer con nosotros -anunció Taemin con una sonrisa. -Como tampoco podrá cocinar...

-Si no te molesta -acotó Jonghyun mirándolo en busca de su aprobación.

El rubio sentía como los tres pares de ojos lo escrutaban esperando por un "no, no me molesta" y bajo la presión colectiva se sintió casi obligado a aceptar.

-No, no me molesta -musitó forzando una sonrisa que logró salir casi natural ya que evitaba mirar a Jonghyun directamente, aunque mirar a su sobrino tampoco lo hacía sinceramente feliz en esos momentos.

Podía apostar a que él había sido el de la brillante idea.

-Vamos en mi auto -ofreció Jjong, a lo que los otros tres aceptaron.

Key sinceramente se hubiera negado, pero su Vespa no los soportaría a los cuatro, así que ni siquiera contaba como una opción.

-Kibum tú irás de copiloto -señaló Minho al rubio que le puso cara de pocos amigos.

No es como si no se lo hubiera esperado. Minho siempre quería estar al lado de Taemin y, además, él era quien sabía dónde quedaba el restaurant. Aún así, no era como lo hubiera preferido.

El rubio le dio escuetas indicaciones a Jonghyun para que pudieran llegar al restaurant italiano que tanto le gustaba desde que había llegado a esa ciudad. Eligieron una mesa para cuatro junto a la ventana por petición de Kibum. Necesitaba de un lugar donde mantener la vista que no fueran sus acompañantes y no querer golpearlos a todos.

De un modo casi chocante para él, todos asumieron sus lugares alrededor de la mesa, tal cual como en el auto. Minho se ubicó a un lado de Taemin, quien se sentó en frente de Kibum. Jonghyun quedó, por defecto, en el asiento de al lado de Kibum. En lo único que el rubio pensaba era que si la tierra no le iba a dar en el gusto de tragárselo que, por favor, apareciera algún ente alienígena y lo abdujera.

Taemin fue el primero en ordenar una lasaña a la bolognesa pues, apeló, no se iba a quedar con las ganas de comer tan exquisito plato. Los otros tres decidieron pedir exactamente lo mismo.

Una vez que el mesero se hubo ido, Kibum se dedicó a mirar a través del vidrio a los peatones que pasaban por fuera del lugar a esa hora. Jonghyun se preguntó si aquello era una especie de manía que el menor hubiera adoptado en Seúl, le parecía que era costumbre del rubio mirar a través de las ventanas cuando estaba en compañía.

-¿Llegaste hace mucho a Seúl? Key no me había dicho nada -comentó Taemin captando la atención del moreno.

-No, no hace mucho -le contestó. -De hecho, no hace ni una semana desde que llegué.

-Pensé que estabas estudiando en Japón, ¿te transferiste?

La curiosidad del castaño puso tensos a los dos mayores que estaban en frente suyo. Kibum prefirió mantener su vista donde la tenía y no hacer ningún movimiento que delatase la sorpresa con la que había recibido las palabras de Taemin. De algún modo, se arrepintió de haberle contado aquello a su sobrino. Por su parte, Jonghyun decidió responder de la manera más natural que pudo, sin dejar pasar el hecho de que Taemin estuviera al tanto de sus estudios en el extranjero.

-En realidad, me cambié de carrera. Entraré a estudiar Música.

-¿Y qué estabas estudiando en Japón? -intervino Minho.

-Estudié Leyes por dos años -contestó otorgándole su mirada al chico que tenía en frente.

-¿Y qué te hizo cambiar de carrera? Si es que se puede saber, claro -siguió preguntando Minho sinceramente interesado.

En su interior, Kibum le daba las gracias por haber tomado el rumbo de la conversación.

-La verdad es que nunca me sentí muy a gusto, siempre quise estudiar Música, pero mi padre es abogado y quería que siguiera sus pasos.

-Ya veo. Yo estudio Artes, así que quizás nos veamos mucho por la facultad -dijo Minho sonriendo.

-Key, ¿te sientes bien? No has dicho nada desde que llegamos -picó Taemin al rubio, luego de que el mesero les hubiera llevado sus ordenes, haciéndolo volver su vista a sus acompañantes.

-S-sí, estoy bien. No me pasa nada. -"Es sólo que tener a mi ex conversando con mi sobrino y mi amigo como si fuera lo más normal del mundo me inquieta."

-Pareces... ido.

-De verdad, Taeminnie, no pasa nada -pronunció al tiempo que le sonreía intentando con eso respaldar sus palabras.

Sin excepción de ninguno, sus acompañantes simularon creerle.




-Luego lo llevas directo a su casa, Minho -dijo Kibum una vez fuera del local.

-Como ordenes, Kibum -contestó el más alto haciendo una seña militar. Taemin le propinó un sutil golpe con el codo en el sector de las costillas.

-Sólo iremos al cine, Key. ¿De verdad que no quieres venir? -le preguntó por tercera vez su sobrino.

-No, de verdad. -"No tengo ganas de tocar el violín en estos momentos" acotó para sus adentros.

-Está bien. Nos vemos, Key -se despidió el menor.

-Nos vemos, Taeminnie. Cuídate. -Le dio un abrazo a Tae mientras miraba a Minho con la orden de "cuídalo" plasmada en los ojos.

-Hasta luego, Jonghyun. Espero que nos veamos luego -dijo Taemin haciendo una leve reverencia para luego tomar la mano de su novio.

-Hasta luego, Jonghyun -se despidió Minho. -Nos vemos, Kibum.

-Nos vemos.

-Hasta luego -musitó Jonghyun al lado del rubio.

Vieron a la pareja alejarse y virar en la primera esquina. Kibum soltó un suspiro.

-¿Te llevo a casa? ¿O quieres que te acerque a algún lado? -preguntó el moreno amablemente.

-Voy a casa, gracias -aceptó brindándole una pequeña sonrisa de lado. Una de las pocas sinceras que le había dado desde que se habían reencontrado.

Caminaron hasta el auto en silencio, el mismo que los acompaño gran parte del trayecto, el cual si no hubiera sido por el sonido de la música de una radio emisora sintonizada por Jonghyun hubiera sido más que incómodo.

Durante el almuerzo, el moreno se había enterado que Minho había sido compañero de Kibum en su último año de preparatoria donde se habían hecho buenos amigos, una amistad un tanto extraña consideró él luego de un rato de verlos hablar e interactuar ya que el rubio no era precisamente "un amor" con el más alto, pero supuso que eso se debía al hecho de que Minho se hubiera vuelto el novio de su único -y valga decir, adorado- sobrino.

Taemin le había contado que cuando Kibum fue aceptado en la universidad, su madre -la hermana de Kibum- le había organizado una pequeña fiesta a la cual invitó a varios de sus amigos y compañeros, entre los cuales estaba Minho y que allí lo había conocido. Luego se habían visto un par de veces a escondidas de Key pues suponían que la idea no le iba a ser de completo agrado al rubio y resultó ser que no habían supuesto tan mal. Cuando Kibum se enteró, le lanzó a Minho todo lo que se cruzó en su camino y le gritó hasta de lo que se iba a morir, y que no se preocupara porque si él llegaba a hacerle algún daño a Tae, él mismo y con sus propias manos lo iba a matar.

Jonghyun rió para sí mismo al recordar el relato del menor. ¿En qué minuto Key había pasado de ser un lindo gatito a un fiero tigre? Lo miró de soslayo. Kibum parecía perdido en sus pensamientos mientras veía hacia el cielo a través del parabrisas.

-Taemin ha crecido bastante, ya no es el pequeño flaquito que conocí en Daegu -comentó Jonghyun de pronto sacando a Key de sus ensoñaciones.

-Sí… ha crecido bien -dijo con una sonrisa vaga sin dejar de mirar a través del vidrio.

-¿Te pasa algo? Bueno, si es que se puede saber…

-No. -Se volteó a verlo. -Nada.

-Key… ¿te molestó que almorzara con ustedes?

A Kibum la pregunta lo pilló desprevenido, pero aún así se las arregló para que su cara no se desfigurara. No era desagrado lo que le producía porque el enojo con Jonghyun creía haberlo enterrado hace mucho tiempo, pero ahora era incómodo tenerlo así de cerca. Como si nada hubiera pasado, como si en su momento no se hubiera sentido abandonado.

-No, Jonghyun -dijo con el tono más convencido del que pudo hacerse. -Si te di esa impresión… lo siento -se disculpó sin saber si lo sentía de verdad, volviendo su mirada al cielo. -Pero ya te dije que no me llames Key.

Jonghyun se limitó a asentir… aún sabiendo que no dejaría de llamarlo así.

* * *

No habían pasado ni diez minutos de que hubo cerrado la puerta tras de sí cuando sintió el celular vibrar en su bolsillo.

Boah.

Puso los ojos en blanco, respiró hondo y le dio a contestar.

-¿Bummie?

-Si no quién más, BoA -contestó con una sonrisa socarrona bailándole en los labios. Sabía perfectamente para qué había llamado.

-Qué simpático, Kibum. ¿Cómo estás?

-Bien, ¿y tú? -Su voz sonó simple, casi sin expresión. Sabía que BoA se preocupaba por él, pero ya no era un niño pequeño y que ella lo siguiera tratando como aquel frágil adolescente que en algún momento fue, lo exasperaba.

-Sí, bien también.

-Vamos, Boah. ¿Para qué llamaste? -preguntó mientras entraba en su habitación sabiendo la respuesta de antemano.

-¿No puedo llamar a mi hermanito simplemente para saber como está acaso? -comentó ella haciéndose la ofendida.

-Boah… -replicó lanzándose a su cama.

-Está bien, está bien. Minnie me llamó y me contó que habían almorzado con Jonghyun… sólo quería cerciorarme de que estuvieras bien.

Semejante bocazas que tenía por sobrino. ¿Acaso lo había hecho a propósito? Si era así, Taemin se tendría que atener a las consecuencias. ¡Era su tío! Eso al menos valía un mínimo de respeto, ¿no?

-Sí, estoy bien BoA. No pasa nada, era un almuerzo nada más, no era el fin del mundo. Podría haber almorzado con el presidente y hubiera sido lo mismo. No tienes de qué preocuparte.

-Okey, como digas. Por otro lado, ¿no te apetece hacerle compañía a tu hermana esta tarde? -preguntó ella a modo de sugerencia.

-La verdad es que no -dijo riendo a sabiendas de que del otro lado su hermana estaría haciendo un mohín, viéndose tan tierna como se veía Tae cada vez que lo hacía. -Pero si insistes, mañana me paso por allá, y me convencerías aún más si me preparas algo dulce.

-¡Un pastel de fresa! -exclamó la castaña entusiasmada. -Ven mañana por la tarde, entonces.

Pequeñas cosas como aquellas le hacían preguntarse si podría haber conseguido una hermana mejor si hubiera tenido la oportunidad de escogerla. Siempre se contestaba que no.

-Ahí estaré, ni lo dudes -aseveró sonriéndole al techo.

-Te esperaré, Kibummie.

-Okey. See you tomorrow then.

-Bye. -Luego de eso oyó el sonido de la llamada cortada y se quitó el celular del oído.

Se quedó allí un momento viendo el cielo de su cuarto sin pensar en nada, sólo viendo al vacío. De pronto, el celular en su mano volvió a vibrar.

-¿Aló? -contestó sin siquiera mirar de quién se trataba.

-¿Bum?

-Onew -llamó de vuelta a modo de saludo. -¿Qué? ¿A ti también te llamó Taemin?

-¿Qué? ¿De qué hablas? -preguntó su amigo sinceramente confundido.

-Nada, nada, no me hagas caso.

-¿Qué pasó, Bum?

-Hoy almorcé con Jonghyun.

Y del otro lado, a modo de respuesta: mutismo.

-Onew, ¿sigues ahí?

-¡¿Y lo dices así?! Kibum, hace unos días estabas de muerte porque el tipo había llegado a vivir a tu edificio, ¿y ahora sales a comer con él?

-Hey, no es como si yo hubiera querido -se excusó en su defensa.

-¿Entonces?

-Se dio así -dijo intentando restarle importancia… como hacía desde que le sirvieron el postre en el restaurant. -Taemin lo invitó y luego no pude negarme.

Las cosas se habían dado, él no lo había querido así, pero era así como estaban las cosas. ¿Qué podía hacer? ¿Tirarse al suelo y armar un berrinche como un niño pequeño? No, definitivamente eso no estaba entre las opciones.

Ahora sí que estaba decidido a que las cosas tenían que ir de otro modo. Jonghyun vivía al lado, eso era un hecho y no iba a cambiar simplemente porque a él no le gustara la idea.

-Se dio así… -lo imitó incrédulo. -Ahora sí, ¿sigues sin querer que te reserve una cita con el psicólogo de mamá?

-Que no, Onew, que no -replicó rolando los ojos. -Bueno, ¿para qué llamabas?

-Quería saber si querías almorzar mañana. Siempre te quejas de que no tenemos tiempo y que soy un pésimo amigo por tenerte botado y esas cosas.

-No puedo, ya quedé de ir a ver a BoA mañana -contestó recordando el pastel que su hermana había dicho le prepararía.

-Está bien, pero que conste que te invité y me acabas de rechazar. Me debes una comida. -De algún modo, Kibum sabía que Jinki le mostraba la lengua al teléfono en ese instante y se rió.

-Okey, okey. Cocinaré para ti la próxima vez que vengas.

-Bueno, te dejo. Algunas personas debemos trabajar aquí.

-Trabaja entonces. Adiós… ¡y saludos a Joon! -vociferó a través del móvil antes de colgar para no oír los reclamos de su amigo.

Luego de esa llamada se sentó frente a su escritorio y comenzó a diseñar. Se sentía libre de mente luego de su resolución que esta vez se sentía más real que la anterior.



Al otro día, cuando salía de su departamento rumbo a la casa de su hermana, se topó en la puerta con una pequeña bolsa rosa. La tomó entre sus manos y en una pequeña tarjeta que traía colgada leyó: "Tu A.S."

-¿Tu A.S.? -se preguntó en voz alta aún en la puerta. -¿Admirador secreto?

Miró hacia todos lados y no divisó a nadie. Abrió la pequeña bolsa y encontró un marshmallow de similar color al de la bolsa. A primera impresión no sabía que esperar y aún así se lo llevó a la boca, saboreando un dulce sabor a frutilla.

-Al menos, mi admirador secreto conoce mis gustos -rió para sí mientras se guardaba la bolsita en el bolsillo de sus jeans y cerraba la puerta de su depto.

Ese fue el primero de una seguidilla de golosinas que dejaron en su puerta todos los días sin falta alguna, siempre con la misma leyenda en la tarjeta: "Tu A.S."


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