Lunes por la mañana. Jonghyun daba vueltas frente a la puerta de su departamento dudando si salir o no. No había sentido la puerta del rubio ni abrirse ni cerrarse, y la verdad no sabía qué porcentaje de él quería topárselo. Probablemente un noventa y nueve por ciento, pero la incertidumbre de lo que podría pasar era casi igual de grande.

Aquella noche, se había quedado contemplándolo dormir hasta altas horas, estaba a punto de amanecer cuando decidió que lo mejor sería salir de allí antes de que Key despertara, pero apenas cerró la puerta las dudas cayeron sobre él.

¿Se iba a acordar Kibum del beso? ¿De lo que le dijo? Y si se acordaba, ¿dejaría de hablarle? ¿O preferiría que hicieran como que nada pasó? -Lo que probablemente no estaba siquiera dentro de las posibilidades. -¿Y si recordaba, qué pensaría al verse solo? ¿Había hecho bien en irse?

Había querido aclarar sus dudas ese mismo día, pero cuando se había hecho de la valentía suficiente, apareció Sekyung en una de sus visitas sorpresas que parecían cada vez más frecuentes, haciendo que se preguntara cómo era que no se lo había esperado. Para cuando se vio libre, creyó que era demasiado tarde para ciertas conversaciones. Eso, y el hecho de que para esas alturas la valentía se le había desvanecido.

Finalmente, se decidió a salir, pues sino se le haría tarde a él, y habían más posibilidades de que Kibum se hubiese ido temprano a la universidad a que saliera con el tiempo justo.

Pero como era regla general, las probabilidades estaban en su contra.

Adiós, buena suerte.

-Hola, Jonghyun. -Oyó que el rubio le saludaba al tiempo que cerraba su puerta.

-Hola, Key -replicó haciendo un esfuerzo por que la voz no le traicionara pero fallando horriblemente al notar una mueca enfurruñada en la comisura de la boca del menor. -¿Vas a la facultad? ¿Te llevo? -preguntó tentando a su suerte para que volviera.

-Paso esta vez, pero gracias -contestó Kibum, ya ambos en el ascensor, intentando brindar una sonrisa que murió en el intento.

-Sabes que no me cuesta nada, tu facultad queda camino de la mía -insistió de todos modos, sintiendo como con ello, el menor se alejaba un poco de él dentro de lo que el espacio del lugar le permitía, ¿o era su paranoia?

-Prefiero ir en mi Vespa. Tengo que hacer algunas cosas después de clases -aclaró el rubio dejando un raro silencio dentro del lugar.

Una vez que hubieron llegado al estacionamiento, Kibum se dirigió directamente a su motocicleta.

-Por cierto, Jonghyun -le llamó montándose en su vehículo, jugando con el casco entre sus manos. -, quería darte las gracias. Woohyun me contó que luego del pub, te hiciste cargo de traerme. Debí haber sido una completa molestia -dijo rolando los ojos para sí mismo. -Por cierto, ese día cuando me dejaste en mi departamento... bueno, asumo que fuiste tú quien me ayudo a acostarme...

Jonghyun se limitó a asentir mientras sostenía la manecilla de su auto y tragaba saliva penosamente.

-Esa noche... ¿no me escuchaste decir alguna incoherencia? ¿Dije algo fuera de lugar?

¿Incoherencia? Bueno, lo único que realmente le había oído era que él le había hecho daño, lo que no era ningún sin sentido si se abstenía a ser sincero y luego sólo pronunció su nombre y, obviando el hecho de que lo había hecho para que se quedara, tampoco era que se pudiera considerar una incoherencia, ¿cierto?

-No, nada... ¿por qué?

-No, sólo... es que a veces suelo hablar en sueños -mintió ligeramente, esperando a que Jonghyun dejara pasar el nerviosismo en su voz. -y... bueno, da igual. Nos vemos -se despidió arreglándose el casco sobre la cabeza y echando a andar por el estacionamiento hasta que Jjong lo perdió de vista.

-Nos vemos -musitó el moreno con la mano aún anclada a la manecilla de su auto.

Kibum parecía no recordar nada. De otro modo, "gracias" hubiera sido la última palabra que se le hubiera ocurrido decirle, pensó el moreno. Por un momento, en el ascensor, había pensado que sí recordaba, pero que en serio, fuera de sus pronósticos, intentaba hacerse el desentendido, pero la ligereza de su conversación le había dicho algo totalmente diferente.

Sólo las voces de más personas entrando en el estacionamiento lo trajeron de regreso de sus pensamientos. Sacudió su cabeza frustrado y confundido, pensando en qué hubiera pasado si las cosas se hubieran dado de otro modo, si Key hubiera recordado.

Todo parecía más de lo que podía manejar en su cabeza y aún le quedaba un camino que manejar hasta la universidad.

* * *

Había hecho de cada minuto de ese día, un minuto que valiera la pena. Un minuto de trabajo y de distracción para sus pensamientos que no lo dejaban en paz desde la llamada de Woohyun que fue la que lo devolvió desde su sueño aquel domingo al mediodía.

Pero por más que quisiera, cada vez que tenía un segundo libre, el recuerdo venía a él.

-Adiós -vociferó desde la puerta del salón hacia sus compañeros que alistaban las últimas cosas para irse del lugar al igual que él.

-Adiós. Hasta mañana.

Manejó, intentando fijar su atención en cada señal de tránsito que se le cruzaba, aún cuando ya se las sabía de memoria. El camino a casa de su hermana no era nada nuevo.

-Kibummie~ -le abrazó ella una vez ya dentro de la casa. -Eres el peor hermano que tengo -le regaño en un puchero gracioso.

-Y agradece que soy el único, BoA -dijo en una risa mientras se conducían a la sala de estar aún abrazados.

Como era costumbre cuando se predisponían a tener una conversación, Boah se sentó en uno de los extremos del sofá y Kibum se estiró en él, posando su cabeza en el regazo de su hermana.

-¿No vas a preguntarme por Minnie?

-No. Me topé con Minho al mediodía y me dijo que saldría con él, así que asumo que no han llegado aún.

-Ajá -asintió la castaña. -Entonces, Bummie, directo al grano: ¿de qué querías hablarme?

-Más bien quiero hacerte una pregunta, BoA, pero no quiero que lo tomes a mal, sólo dime la verdad.

-Pregunta entonces, Kibum. ¿Qué pasa?

-Okey... -dudó unos segundos cómo plantear lo que quería preguntar. -¿Te costó mucho asumir la homosexualidad de Taeminnie?

La pregunta pilló desprevenida a la mayor, quien se había preparado psicológicamente para otro tipo de conversación.

-La verdad... al principio pensé que podía ser una fase -comenzó a explicarse al tiempo que sus manos acariciaban los rubios cabellos. -Supuse que Taemin, al crecer cerca de ti y darse cuenta de lo normal que podía ser enamorarse de otro hombre, quería probarlo por sí mismo -se sinceró. -Siempre lo acepté, si esa es tu pregunta. Aún ahora, que tengo claro que no es una fase, lo sigo aceptando. Lo quiero por quién es, no por lo que es. ¿Qué ganaría si pensara lo contrario? ¿Hacer sufrir a mi hijo? ¿Hacerme sufrir a mí misma?

-Mmm... -Kibum se quedó unos momentos repasando mentalmente las palabras de su hermana. –Me gustaría que más personas pensaran como tú -dijo vagamente.

-Tal vez. Pero, ¿a qué viene la pregunta? No es como si mamá o papá no te aceptaran. ¿Qué pasa?

-No, no te lo pregunto por ellos. Pero, BoA, seamos sinceros. Mamá aún tiene la esperanza de que llegue a casa con una novia, ni qué decir papá.

Su hermana simplemente soltó una risita en tácito acuerdo.

-Entonces, ¿a qué viene?

-Es por Onew.

-¿A estas alturas, Jinki tiene problemas con que no seas hetero? -cuestionó sacando conclusiones.

-No, no tiene problemas con que yo no sea hetero, sino con que él no sea hetero.

-¿Jinki es gay?

-Algo así. Gay, bi, yo qué sé, si ni a mí me lo quiere decir.

-Estás asumiendo que él es gay sin que él te lo haya dicho... ¿Tienes alguna prueba o algo? Bummie, no porque tú hayas asumido con naturalidad la homosexualidad no quiere decir que todos los hombres lo sean -comentó en un tono gracioso... que claramente sólo fue gracioso para ella.

-Lo sé, lo tengo claro, Boah. I'm not that big-headed -espetó. -Pero más o menos tengo pruebas.

-¿Cómo es eso de "más o menos"? -escrutó BoA entre risas que amenazaban con convertirse en carcajadas.

-No te rías, BoA. Esto es serio, escúchame.

-Está bien, está bien.

-A finales del año pasado, llegó al periódico un nuevo fotógrafo-

-Para alegría tuya -se burló ella.

-Y Onew se hizo muy amigo de él -continuó explicando no queriendo caer en la broma. -Al punto de pasar casi todos los días juntos. Te comenté que me tenía harto de tanto hablar sobre su compañero de trabajo, ¿cierto?

-Sí, creo.

-A él me refería. El punto es que a él le gusta Onew, y presiento que a Onew también le gusta él, pero no lo quiere admitir.

-¿Presientes?

-Es más que obvio, BoA. Hasta un ciego se daría cuenta de cómo lo mira.

-¿Quién a quién?

-Onew a Joon.

-¿Quién es Joon?

-El fotógrafo -aclaró comenzando a impacientarse.

-Aah. Pero, ¿no me habías dicho que Jinki había vuelto con su ex? ¿Luna?

-Sí, pero lo hizo para tener una pantalla. O un escudo, mejor dicho.

-¿Él te lo dijo?

-No, lo estoy asumiendo. BoA, ¿qué parte de que ni a mí me quiere contar es la que no te queda clara?

-La parte en que asumes y no le preguntas.

-Ya  se lo pregunté -dijo incorporándose en el sillón. -, pero lo único que hace es negarlo.

-¿Y qué, si no es gay? Puede que no lo sea y tú estás esperando que te diga algo que no es.

-Es que la otra parte de mi teoría, es que Onew no quiere asumir lo que siente por miedo a lo que diga su madre.

-Pero, hasta donde tenía entendido, Jinki está solo acá en Seúl, ¿o me equivoco?

-No, no te equivocas, pero su madre vive en Gwangmyeong. No es que esté muerta.

-¿Y? -espetó BoA no entendiendo el punto de Kibum.

-Que la señora esa aún tiene bastante poder sobre lo que Onew hace.

-¿Lo mantiene?

-No, de hecho, él la mantiene a ella y a sus dos hermanas.

-No le va tan mal como pensé, entonces -acotó ella riendo.

-BoA esto es serio -le conminó. -Si Onew llegara a decirle a su madre que le gusta otro hombre, lo más probable es que ella renegaría de él como hijo y no aceptaría el dinero que él les da, y no es como si las tres pudieran vivir muy bien con la pensión que les dejó su papá.

-Vale, ahora entiendo, supongo.

-¿Ves ahora que lo más probable es que Onew se esté negando sus sentimientos?

-Es una posibilidad, Kibummie, pero también puede ser que no sea así.

-¿Y qué puedo hacer yo para ayudarlo? -preguntó dejándose reposar en el hombro de su hermana.

Se sentía sobrepasado, realmente quería ayudar a su amigo, pero no sabía cómo.

-Vas a tener que esperar a que él te lo diga. Si es que él sintiera algo por ese otro chico, primero debe tenerlo claro. Luego necesitará de tu ayuda, siendo el mujeriego que era, le costará asimilar lo que siente.

Kibum asintió, aún con su cabeza en el hombro ajeno.

-De momento, deberías preocuparte de tus propios padres. ¿Te he dicho ya todo el sermón que me dieron por no arrastrarte conmigo en mi último viaje a Daegu?

-Sí, Boah, como unas diez mil veces ya -dijo acomodándose en posición hindú sobre el sillón. -Pero descuida ahora para las vacaciones pienso ir a visitarlos.

-¿De verdad? -preguntó ella suspicaz.

-Sí, pero tendrás que hacerme un favor.

-¿Qué favor?

-Cuidar a Miniki. No puedo llevarla -sentenció.

-Y yo no puedo soportarla.

-Llegamos -anunció la voz de Taemin entrando a la sala, seguido de Minho. -¡Key! No sabía que venías.

-Pero si te dije que me lo encontré antes de ir por ti, y que me había dicho que vendría -le corrigió Minho, luego de saludar a su suegra, contrariado aunque risueño por la corta memoria del menor.

-Ah, sí -recordó Tae de pronto, volviendo al lado de su novio, quien rodeó la cintura del menor con uno de sus brazos.

-Ya sé. Está bien, cuidaré a Miniki, pero con una condición -sentenció la castaña frente a la cara confundida de Kibum y los rostros absolutamente perdidos de Minho y Taemin que no entendían nada.

-¿Qué condición?

-Llevarás a Tae contigo.

-¿A dónde? -preguntó el aludido. -¿De qué hablan?

-De que te irás de vacaciones conmigo -le informó el rubio poniéndose de pie a un lado del menor y abrazándolo hacia él, arrebatándoselo a Minho.

-¿Y dónde iremos?

-Van a ver a tus abuelos -le respondió su novio, quien estaba al tanto del viaje de su amigo, y había perdido la sonrisa inmediatamente ante la noticia.



-¡Choi Minho, quiero esa puerta abierta! - vociferó el rubio a su amigo que subía las escaleras siguiendo a su novio, obteniendo risas como única respuesta.

-Déjalos. No van a hacer nada que yo no sepa -rió su hermana entregándole algunas cosas que llevar a la cocina.

Kibum la miró entre sorprendido y pasmado.

-¿A qué te refieres con "nada que yo no sepa"? No me...

-No -rió más fuerte la mayor. -Taemin me dijo que aún no pasa nada y confío en él.

-¿Él te lo dijo? -preguntó curioso, entrando en la cocina seguido de su hermana.

-Más bien, se lo pregunté. ¿Qué? Tenía curiosidad -se excusó BoA ante la mirada que le daba su hermano.

-Tú y tu curiosidad algún día le darán un paro cardiaco a alguien -bufó Kibum saliendo en busca de las demás cosas que habían quedado sobre la mesa al terminar la merienda.

-Hablando de curiosidad, ¿cómo va tu amistad con tu vecino? -le atacó la castaña cuando él hubo regresado.

Kibum tuvo que hacer un gran esfuerzo por no ahogarse con su propia saliva. Sabía por qué su hermana sacaba el tema a colación, pero no iba a caer, y también sabía que ella no estaba muy contenta con aquella "creciente amistad", pero que no diría nada.

-Bien, sí, bien -contesto escuetamente, mientras por su cabeza recaía el recuerdo de lo que había evadido todo el día. -BoA, ¿has soñado alguna vez con tu esposo?

-¿Después de muerto? ¿o antes? -preguntó ella cambiando su actitud frente a la mención de su esposo fallecido.

-Antes... o ahora, después de tiempo. ¿Lo has visto en tus sueños?

-No recuerdo haberlo hecho, pero sabes que no recordamos todos nuestros sueños, Bummie. Me gustaría recordarlo si alguna vez lo hago.

El rubio se limitó a asentir, apoyándose en la pequeña mesa de la estancia.

-¿Y eso? ¿A qué viene esa pregunta ahora?

-¿No puedo preguntar simplemente? -preguntó fallando en su intento por hacerse el ofendido, tomando asiento en un taburete mientras su hermana le daba la espalda ocupada en los quehaceres.

-Kibum~

-Soñé con Jonghyun -soltó casi en un susurro. -, hace poco...

-¿Y?

-Fue... raro.

-¿Raro? ¿Por qué? ¿Tú estabas raro? ¿Él estaba raro? Lo que realmente no me sorprendería -acotó para ella.

-Todo. La verdad es que no recuerdo mucho. Tengo imágenes en mi cabeza...

-¿Cómo qué? -preguntó su hermana ya intrigada con el tema, sentándose frente a él.

Kibum respiró hondo antes de hablar.

-Me veo... besándolo... Luego tengo otra imagen donde estoy abrazándolo o algo parecido... -Ya no miraba a su hermana, intuía la mirada que le daba y no le agradaba del todo, pero necesitaba contarle su sueño a alguien que no le juzgara. -Luego... tengo una imagen, más borrosa que las anteriores, donde estamos...

-Estamos... -lo instó su hermana a continuar.

-Estamos en mi cama, abrazados.

-¿Desnudos?

-¡No! ¡BoA!

-Bueno, quería saber. No sé qué te costaba tanto de decir si estaban los dos vestidos -se explicó hundiéndose de hombros.

-No sé... es... es todo.

-¿A qué te refieres?

-¿Por qué venir a soñar con él justo ahora? ¿Por qué ahora?

-No puedo darte una respuesta a eso, mi Bummie, pero a veces el inconsciente nos habla de maneras que no sabemos... quizás, tu inconsciente te quiere decir que Jonghyun es un peligro y que deberías mantenerte alejado de él -le dijo ella con una sonrisa inocente en los labios.

-Ni siquiera sé por qué te lo conté a ti -dijo rolando los ojos. -, hasta Taeminnie tendría más objetividad que tú.

-¿Yo qué? -preguntó el aludido apareciendo en el umbral de la puerta como si hubiese sido invocado.

-Que eres el mejor sobrino que tengo -improvisó, mirando a su sobrino con la misma sonrisa inocente que le había brindado su hermana a él.

-Es el único que tienes -soltó Minho divertido, quien que para entonces ya abrazaba a Taemin por la espalda dejando su cabeza sostenerse en el hombro del menor.

-Cállate, tú. Sé que es mi único sobrino, así que agradece que aún no te haya matado -espetó dándole una "amistosa" mirada asesina.

-No lo matarías -sentenció Taemin con seguridad. -No lo harías sabiendo que eso me dolería, ¿cierto? -preguntó retóricamente a su tío, al tiempo que se giraba lo necesario para dejar un beso en la mejilla de su novio.

-Ugh -soltó el rubio pareciendo asqueado con la escena. -¿Cómo los soportas? -le preguntó a su hermana quien reía divertida con la situación. -Okey, yo me voy. Minho, ¿te llevo a tu casa?

-No, me quedaré un poco más, si a Boah no le molesta...

-Claro que no, Minho -contestó la castaña con una sonrisa cálida.

-Adiós, hermanita -se despidió el rubio dejándole un beso en la mejilla y acercándose, luego, a los dos que seguían en el umbral. -Bye, Taeminnie. Nos vemos, Min.

-Saludos a Mini-key -soltó a modo de despedida el menor.

-Y cuidado con lo que sueñas, Bummie -acotó su hermana antes de que siquiera pudiera corregir a su sobrino.

Bufó bajo y con un movimiento de su mano en señal de última despedida salió de la casa.

* * *

-Un poco de orden no le haría mal a este lugar, Kim -soltó Lee contemplando a su alrededor mientras tomaba lugar en el sillón frente al televisor y lo encendía.

-¿Entonces, te irás a Busán? -preguntó el moreno de regreso en la estancia, ofreciéndole una lata de cerveza a su amigo, pasando olímpicamente por sobre el consejo.

-Sí, y adivina qué.

-Vamos. No estoy para adivinanzas. Sólo dilo -se quejó haciéndose espacio a un lado de su amigo.

-Aguafiestas -bufó el castaño. -Yonghwa viaja conmigo -anunció recuperando el ánimo previo.

-¿Tan rápido va todo esto? ¿Ya se los presentarás a tus papás? Lee, llevan apenas... ¿Cuánto? ¿Una semana? Desde la salida. Yo que tú me voy con más calma, no sería bueno que lo agobiaras -soltó Kim claramente burlándose de su amigo.

-Eres un idiota, ¿lo sabías? Aunque no lo creas, la familia de Yonghwa también vive en Busán -explicó.

-Me asombra que no lo hayas visto antes... No recuerdo que Busán fuera tan grande, ¿o sí? -preguntó aún intentando hacer memoria por sí solo.

-Hay buenas relaciones, es por eso que parece pequeña, pero no lo es. De hecho, es una de las ciudades más pobladas de Corea del Sur. Idiota -soltó propinándole un codazo.

-Está bien, está bien -dijo a modo de rendición, sobándose el costado con la mano libre.

-¿Y tú? ¿Te irás a perseguir a tu ex, mientras tu novia se va a Japón a ver a su familia?

-Estoy seguro de que existen otras formas de decir que iré a Daegu sin que suene así de mal -se quejó Kim dándole una mirada significativa al más pálido.

-¿Qué? Te lo digo más poéticamente, entonces: Irás al pueblo de tu adolescencia, siguiendo al amor de tu vida, a ese que no eres capaz de reconocerle que lo sigues amando, por miedo a que no te corresponda -Soltó dramatizando como si leyera una obra de Shakespeare. -, por miedo a que te diga que no te ama y que-

-Ya, ya, ya entendí -soltó el otro fastidiado acabándose la lata de cerveza.

-¿No me dijiste que te había besado de vuelta la otra noche? -Kim se limitó a asentir. -No te entiendo. ¿Qué te tiene aquí, entonces?

-Lee, Key estaba borracho, ni siquiera se acuerda de haberme besado.

-Ni siquiera estás seguro de eso.

-No creo que pueda dudar tampoco… estaba bastante borracho a decir verdad.

-Así que te aprovechaste de él -sentenció.

-¡No! O sea… Sí… pero… ¡no!

-Bueno, sea como sea, te correspondió y es lo que vale. ¿No solíamos decir que los borrachos y los niños dicen la verdad? -escrutó con una ceja alzada, antes de darle el último sorbo a su lata y continuar: -No veo cuál es la diferencia aquí. Borracho y todo, pero Kibum hizo lo que sentía. No intentó apartarte ni nada, ¿cierto?

-No…

-Ahí lo tienes -soltó con una sonrisa conclusiva. -Mira, lo poco que la conozco, Sekyung me cae bien, pero tampoco es justo que sigas con ella por pena.

El moreno sabía que Lee tenía razón, pero aún así no era justo dañarla. Ella no tenía la culpa de lo que pasaba con sus sentimientos... pero tampoco podía hacerla víctima de ellos.

-No es pena, es... cariño. Lee, yo sinceramente creí que la amaba, pero...

-Pero no era así. Y entre más demores en serle sincero, será peor -sentenció levantándose. -Me tengo que ir, te dejo con tus inquietudes.

-Lee~, no abandones a tu amigo -dijo haciendo la mejor cara de pena que podía.

-Morirás siendo un idiota -rió Lee. -Tengo cosas que hacer. Nos vemos.

-¿Cosas que hacer? -preguntó Kim, irguiéndose en el sofá al tiempo que movía sugestivamente las cejas.

-¿Ves lo que te digo? Voy a preparar mis bolsos, pervertido.

-Ah, okey -dijo sonriendo inocentemente. -Nos vemos, entonces.

-Nos vemos, quédate con tus problemas existenciales.

-Mal amigo -espetó mostrándole la lengua.

Lee se rió y se fue dejándole allí, pensando en Kibum, en Sekyung, en las vacaciones. En Kibum.

* * *

-¡Miniki, no! Eso es de hilo -dijo tomando a la gata con una mano y su polera con la otra. -Vas a arruinarla si le clavas tus uñas -le dijo haciendo cara de enojo, pero cambiándola a una más amable cuando hubo quitado las garras de la pequeña de su prenda.

Estaba en pleno ejercicio de elegir la ropa para su viaje, arrojando a la cama la ropa que luego ordenaría de tal modo que cupiera todo en la modesta maleta roja que llevaría.

Cuando decidió que la montaña sobre la cama era lo suficiente, cerró el ropero y los cajones y se giró sobre sus talones para darle frente a la gran tarea que era poner todo aquello en su maleta de viaje... pero a lo único que le dio frente fue a la desaparición de su mascota.

-Miniki... Miniki... ¿Miniki? -Lo peor es que no escuchaba nada más en toda la casa, mucho lo hubiera aliviado que se cayera el florero que estaba sobre la encimera o los cuadros de la mesa de centro, pero nada.

Salió de la habitación haciendo variados ruidos esperando que la felina respondiera a alguno de ellos, pero los maullidos se hacían esperar y Miniki no se veía por ninguna parte. Recorrió todo el departamento y no había rastros de ella. Volvió a su cuarto con un atisbo de esperanza de que hubiera ido donde hubiera ido ya hubiese regresado, pero no. Todo estaba tal cual lo había dejado.

Se sentó en la cama derrotado aún preguntándose dónde rayos se podría haber ocultado la minina cuando sintió el maullido que había estado esperando. Despacio, pero perceptible. Se movió en todas las direcciones y no logro divisarla, hasta que en un movimiento casi nulo, su montaña de ropa saltó.

Quitó con rapidez las prendas hasta dar con su gata que estaba hecha un ovillo y lo miraba con sus redondos ojos.

-Lo siento, lo siento, lo siento -dijo tomándola entre sus brazos. -Soy un pésimo padre -reflexionó haciendo un puchero.

Se recostó en la cama, haciendo que la pequeña criatura se acomodara sobre su pecho, y comenzando inmediatamente a acariciarle una vez que se hubo quedado quieta.

Se quedó mirando el techo, casi perforando con la vista el material que lo separaba del departamento justo sobre el suyo. Miniki comenzó a ronronear haciéndole sentir pequeñas vibraciones en el pecho.

-No lo he visto en días... –dijo casi en un susurro, contándole a su pequeña. –No creo que le haya pasado nada de todos modos... No es como que sea de mi incumbencia... Miniki... ¿qué rayos pasa conmigo?

La gata siquiera se movió de su lugar, en cambio siguió ronroneando, disfrutando de la suave caricia que el rubio le otorgaba.

Kibum le había seguido dando vueltas a lo que recordaba de su extraño sueño. Tenía miedo, pero eso no iba a reconocérselo a nadie.

Jonghyun estaba cada día más metido en sus pensamientos... y no quería que avanzara ni un poco más. Desde el momento en que se dio cuenta comenzó a batallar consigo mismo, y estaba resultando más arduo de lo que había esperado.

Y eso que no lo había visto. Por alguna razón, el moreno parecía llevar toda la última semana desaparecido.

Después de unos momentos en ese completo silencio que yacía en el cuarto apenas interrumpido por el quedo murmullo de los ronroneos de Miniki, Kibum la dejó a un lado, provocando la mirada soñolienta de la fierecilla, y levantándose para poner música en su reproductor para tener el ritmo de algo con lo que moverse mientras alistaba los últimos detalles para el viaje.

Su mente seguía en la pelea de pensar en Jonghyun y dejar de pensar en él.

Escuchar música parecía la mejor solución para acallar su mente confundida.

* * *

Esa mañana, Woohyun lo fue a buscar apelando al hecho de que hubiera sido muy desconsiderado de su parte haberlo dejado conseguir un taxi cuando él muy amablemente podía hacer las de chofer... a cambio de un beso. Beso que no recibió, pero que no lo desanimó en su camino de llevar a Kibum a casa de BoA para dejar a Miniki y recoger a Taemin, y luego llevar a los dos viajeros y al novio-en-vías-de-depresión del menor hasta la estación de trenes.

Kibum decía que los trenes le daban nostalgia, pero que los prefería por sobre otros medios de transporte. Taemin lo llamaba romántico empedernido por ello y su tío le daba de coscorrones. El amor, como siempre, era extrañamente demostrado en esa acción.

Minho volvió a envolver a Taemin con uno de sus abrazos mientras notoriamente le susurraba algo al oído, mientras Kibum miraba hacia otro lado, evitando la mirada casi suplicante de Woohyun.

-Iré por un café antes de que parta el tren. ¿Quieres algo, Taeminnie?

-No, nada. Gracias, Key –soltó el menor apenas pudiendo separarse de su novio para contestar.

-Te acompaño –avisó Nam, siguiendo al rubio.

-Minho no dice nada, pero estoy seguro que si le dijera que me pida un deseo, me pediría que le dejara a Taeminnie en Seúl –sentenció Kibum con una risa para disipar el silencio.

-Y lo entendería. Si Taemin me dijera lo mismo, yo le pediría que te dejara acá conmigo.

El diseñador se acercó al mostrador y pidió un latte, esperando un momento prudente para dejar pasar el comentario de su amigo.

Lo quería, de verdad que lo quería, pero no iba a darle esperanzas que estaban lejos de existir.

-Me lo llevaré antes de que se ponga a hacer una escena, si Tae lo ve más triste quizás se piense lo de quedarse.

-I’m almost sure of that, thanks –dijo mientras esperaban por su café. –Amm... Hyunnie, ¿has visto a Jonghyun? Digo... no lo he visto siquiera en el edificio. Me pareció raro –dijo a modo de comentario.

-Lo llamé ayer, para ver si podíamos hacer algo con algunos chicos de la facultad, pero me dijo que estaba en el aeropuerto. No quise preguntar nada más, pero supongo que viajaba a Japón –contestó hundiéndose de hombros.

-Mmm... –fue la escueta respuesta de Kibum. -Y tú, ¿cuándo viajas? –preguntó para cambiar el tópico de la conversación. Justo entonces le entregaron su café, y apenas recibirlo, vino a su mente el recuerdo de su primer encuentro con Jonghyun en Seúl.

-Tengo pasajes para el miércoles. Me quedaría más tiempo, por Minho, pero tiene a Onew así que no me preocupa tanto y mamá ya me espera –añadió sonriendo. –Por cierto, dijo que esperaba verte por allá algún día. Ya tiene en vista algunas boutiques por las que quiere llevarte –acotó sonriendo mientras caminaban de regreso hacia el par que no se había despegado en todo lo que llevaban lejos de ellos.

-Me pensaré la invitación, dile que gracias y llévale muchos saludos de mi parte, por favor.

-Se los daré – asintió, para luego mover su mirada hacia el más alto. –Minho, nos vamos –ordenó.

El alto apenas y movió su rostro lo necesario para sacarlo de entre los cabellos de Taemin y darle una mirada a Woohyun que decía claramente que no tenía intenciones de moverse de allí hasta que el tren se hubiera ido... y hubiera seguido en esa posición, si una vocecita no le hubiera hablado.

-Sí, será mejor que te vayas sino después querré llevarte conmigo y... no se puede –dijo Taemin con un puchero que el alto no se demoró en besar de una manera rápida pero tan tierna que no se vio libre de los sonidos de disgusto de Kibum.

-Déjate, amargado –murmulló Minho hacia su amigo. –No me quiero ir todavía~ -soltó dirigiéndose a Taemin.

-Es mejor así, ya te dije... Vete con Woohyun. Será mejor que abordemos –anunció el castaño a su tío intentando zafarse de los brazos de Minho.

Cuando al fin lo hizo se despidió de Nam y mientras Kibum hacía lo mismo, aprovechó para darle el último beso a su novio.

-Sólo serán dos semanas... pasarán volando –susurró aún con los labios juntos.

-Eso espero. –Minho juntó sus labios una última vez mientras Kibum comenzaba a apurar a Woohyun para que se lo llevara.

-Adiós, Minho –se despidió Kibum dándole un abrazo.

-Cuídalo.

-Es mi sobrino, obvio que lo voy a cuidar.

-Nos vemos –soltó el alto dándole un beso en la mejilla y dejándolo ir junto a su novio que ya había subido al tren para no arrepentirse de viajar en el último momento.

Ambos ya acomodados en sus butacas vieron como Woohyun se llevaba casi arrastrando a Minho para que saliera de la estación. Cuando estuvieron fuera de su vista, Taemin soltó un suspiro y se acomodó mejor en su lugar. Kibum estaba a punto de imitarlo cuando comenzó a sonar su celular.

-¿Onew? –preguntó más extrañado que esperando una confirmación.

-Kibum, ¿ya te fuiste?

-No, el tren aún no parte. ¿Qué pasa?

-Dime que no sabías lo de Jonghyun.

-¿Qué cosa? ¿Podrías ser más claro? –Para esas alturas Taemin lo miraba con cara de intrigado.

-Jonghyun va a Daegu. Dime que no lo sabías.

Kibum se quedó callado.

Pero Woohyun había dicho que... había dicho que suponía que él se había ido a Japón.

-Kibum-

-¿Cómo lo sabes? –logró preguntar después de unos segundos.

-Luna me dijo que Sekyung se iba a Japón mientras su novio se iba a visitar a sus padres. Asumo que ellos siguen en Daegu, ¿o me equivoco?

-No –respondió casi en un susurro.

-Informamos a todos nuestros pasajeros que el cierre de puertas se realizará en un minuto –anunció la voz de una señorita por los altavoces. Kibum miró por impulso a la entrada del tren más cercana.

-Kibum prométeme que te mantendrás alejado de él.

-Onew estás siendo demasiado... quisquilloso. ¿Cuántas veces tengo que decirte que las cosas ya no son como antes?

-Muchas. Sólo prométeme que no te golpeará la estúpida ola de los recuerdos y toda esa mierda.

El menor se quedó callado porque justo cuando estaba por dar una respuesta sensata para su amigo, su mirada se cruzó con la de cierto moreno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario