Desde aquel primer beso, Yonghwa había empezado a sentirse confundido... Jonghyun... ¿Estaba enamorado de él? ¿Cómo podía ser eso? ¿Eran amigos, no?
             
Lo primero que pensó fue evadirlo para que se le pasara, había creído que lo de Jonghyun había sido una confusión por la cercanía que tenían. Pronto cayó en la cuenta de que no podía. Estaban en una banda y una de las cosas primordiales es la comunicación, así que en lugar de evadirlo por completo se limitaría a las conversaciones necesarias.
             
Eso estuvo bien, para él, hasta que empezó a pensar repetidamente en lo ocurrido aquella noche en la habitación del castaño... y cada que lo hacía terminaba con una sensación de vacío en los labios.
             
Había empezado a mirarlo, ya que en su intento por limitarse a lo necesario había preferido no verlo a los ojos. Pero tampoco se las estaba llevando fácil... ahora que volvía a verlo de frente sentía que algo pasaba en su estómago... de hecho, sentía que eran sensaciones ya conocidas y eso lo incomodaba aún más.
             
Por esas sensaciones que no lograba conectar con la situación actual, decidió evadir en lo posible a Jjong. Esa semana se quedó dos días hasta tarde en el estudio para ensayar con su guitarra, cosa que bien podía hacer en la pequeña salita de ensayos de la casa. Había querido componer algo para que las preparaciones del próximo álbum no lo pillaran desprevenido, pero no había podido. Cada vez que tomaba el lápiz recordaba ese beso.
             
Guerreaba consigo mismo. No podía estarse confundiendo él también. No, no podía ser.
             
Pasó una semana y volvió a quedarse en el estudio, después de mucho darle vueltas al asunto había concluido algo.
             
Sí, se estaba confundiendo.
             
Jonghyun ocupaba gran parte en sus pensamientos y eso ya lo tenía al borde de la desesperación. Comenzó a tocar cada vez más rápido y con fuerza las cuerdas, punzando sus pensamientos contra ellas.
             
Definitivamente no podía seguir así, tenía que hacer algo. Pero no sabía qué. Cesó repentinamente su punteo y detuvo la vibración de las cuerdas con la palma de su mano. Miró el reloj y vio cómo habían avanzado las horas mientras se sumergía en sus pensamientos. Era momento de volver a casa.

Cuando llegó no encontró a nadie en la sala ni en la cocina, aquello no era común, pero a juzgar por la hora estarían todos ya durmiendo.
             
Aún no tenía sueño, guerrilleaba internamente por definir qué hacer respecto a Jonghyun... ¿en serio, empezaba a sentir... algo?
             
Caminó hacia el patio trasero con el ánimo de sentarse en la mecedora y disfrutar un poco la noche. Pero al acercarse a la puerta, lo vio allí sentado con la cabeza hacia atrás y fue como si lo hubiera entendido en ese momento.
             
De pronto, Jonghyun levantó su cabeza y antes de que él mismo pudiera decir nada, el castaño lo estaba llamando. Se acercó y se sentó a su lado. Jonghyun comenzó a hablar algo entrecortado, pero luego aceleró su discurso como si se le fuera la vida en decirle aquello en lo que Yonghwa apenas prestaba atención esperando su turno para hablar. Cuando llegó, ambos se miraron fijamente, trató de explicarle lo que había pasado por su mente en los últimos días, pero... simplemente no pudo.
            
–Aquella noche todo fue confuso... y hasta el día de hoy... Jjong... yo...
            
Sin terminar la frase, acercó sus labios a los del castaño, eliminando la sensación de vacío y sintiendo como se enlazaban sus bocas en esa cálida unión. Las sensaciones se agolpaban en los límites de sus labios.
            
Sí, comenzaba a ver a Jonghyun con otros ojos.

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