-¡Yooong! –Saltó el rubio sobre su amigo saludándolo.
-Hongki~
-le saludó el pelinegro. -Tanto sin vernos –comentó entre risillas mientras se
separaban. Alrededor de ellos los demás miembros de ambas bandas se saludaban
afectivamente, aunque un par de ojos los miraban atentos.
-Mucho
–concordó. –Desde que te fuiste a grabar el drama. -Se cruzó de brazos
mirándolo seriamente. -¿Cómo está... bueno, si es que se puede preguntar. –Hizo
una mueca con los labios expectante a lo que Yonghwa pudiera contestar.
-No
te preocupes –le dijo brindándole una sonrisa amarga al recordarla. –Está bien.
-Me
alegro... ¿y tú?
-Yo
ya estoy bien... muy bien –dijo cambiando su sonrisa por una algo más alegre.
-¡Chicos!
Apúrense o perderemos el vuelo –los llamó uno de los managers.
-Vamos,
arriba del avión seguimos conversando -le palmeó la espalda Hongki, separándose
para saludar a los demás mientras que Yonghwa hacia lo mismo por su lado.
* * *
-Chicos,
aquí están las llaves de sus habitaciones. Son dos dobles, ustedes se organizan.
–Les indicó su manager entregándoles dos llaves de habitaciones contiguas. Pasarían
la noche en el hotel y regresarían al día siguiente a Seúl para continuar con
las presentaciones agendadas. –Bueno, los dejo. Hay que terminar de organizar
las cosas para esta tarde. Descansen, luego vuelvo por ustedes. –Y se fue,
dejándolos con un par de horas a su disposición.
Al
llegar al quinto piso, donde estaban sus habitaciones, Yonghwa que había tomado
las llaves, le entregó una a Minhyuk.
-Entonces,
nos-
-Jungshin
y yo dormiremos en la habitación de al lado y ustedes dormirán en esta. –Interrumpió
Yonghwa a Jungshin quien lo miró perplejo.
-Pero
nunca dormimos así. Siempre son los chicos en una, y tú y yo en otra –Jonghyun le
quitó las palabras de la boca al menor.
-Sí...
pero hay que cambiar. Hagamos algo diferente esta vez. –Les sonrió el líder de
modo general intentando no mirar a Jjong en ningún momento.
Antes
de que alguien pudiera decir nada más, Yong arrastró al menor hacia la
habitación sin siquiera darle tiempo de apelar. Los otros dos quedaron
mirándose extrañados antes de entrar a la habitación que compartirían.
¿Qué
rayos le pasaba a Yonghwa? Había estado todo tan bien... De hecho, su estómago
daba vueltas como loco de sólo pensar en lo genial que había ido todo el último
tiempo con el mayor. Pero ahora, la perplejidad se ceñía sobre sus pensamientos
y no lo dejaba entender. No sería que, tal vez... No, definitivamente esa no
podía ser la razón porque Yonghwa quisiera dormir con Jungshin. No.
* * *
Se
suponía que bajarían a almorzar todos juntos, pero Jonghyun se excusó diciendo
que se sentía mal del estómago y prefería descansar para no sentirse mal a la
hora de la presentación.
Pasados
unos minutos de que Minhyuk se fuera, se levantó de la cama y se dirigió a la
habitación de al lado. Conociendo a Yonghwa debía de estar ensayando una vez
más con su guitarra.
Tocó
a la puerta, rogando porque estuviera en lo cierto. Pero nadie abrió. Tocó una
segunda vez, sólo por si acaso. Obteniendo como resultado un Yonghwa con un
signo de interrogación en su rostro.
-¿No...
no bajaste a comer?
-No...
¿puedo pasar? –preguntó viendo que Yonghwa se mantenía estático en la puerta.
-Eemm...
Sí, sí claro... -Hizo espacio para que el castaño pasara y luego cerró la
puerta, siguiéndolo dentro de la habitación. -¿Pasa algo? –preguntó lo obvio.
-Quería
saber a qué vino lo de hace un rato. –Fue al grano.
-Yo...
es que...
Se
trababa de sólo intentar inventar una excusa que sonara real. Pero se le hacía
imposible.
-¿Qué,
Yonghwa? –lo apremió el menor, dando un paso adelante, acercándosele.
Yonghwa
pasó saliva fuertemente. La actitud desafiante del castaño estaba empeorándole
las cosas.
-Jonghyun
– dijo acortando más la distancia. –Digamos que... no es bueno para mi salud
dormir en la misma habitación.
Ahora
fue otro el que pasó saliva. Los ojos de Yonghwa se clavaban directamente en
los suyos sin dejarlo respirar. Sin darse cuenta se encontró retrocediendo los
pasos avanzados, mientras el pelinegro le seguía con lentitud.
Chocó
con la pared, y la repentina vulnerabilidad que emanaba terminó por joder todo
el raciocinio de Yong, quien lo apretó contra la pared en un movimiento que
caía en lo brusco, y le devoró los labios.
-¡Yo~ng!
–Hongki tocaba a la puerta.
-Mierda
– susurró separándose del menor, caminando a la puerta para abrirle de muy mala
gana la puerta a su amigo mientras el castaño rogaba porque su sonrojo no fuera
tan obvio como creía que estaba siendo.
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