El beso no se prolongó demasiado, pero para Jonghyun fue lo suficiente para sentirse espléndidamente... y al mismo tiempo, para hundirse en el desconcierto.
            
Cuando Yonghwa se separó de él no supo qué decir, pero abrió su boca como si quisiera hablar. De todos modos, antes de pronunciar cualquier cosa volvió a abrir la puerta y salió por ella como un rayo.
             
Jonghyun se quedó ahí sin saber si era buena idea seguirlo o no, pero decidió que no lo era y aunque hubiera querido no hubiera podido moverse. Se sintió petrificado después del contacto con esos labios rosados. Nunca creyó tener el valor, pero ya lo había hecho... y ahora no sabía qué pasaría entre ellos. No sabía cual había sido a ciencia cierta la reacción de Yonghwa. No le había gritado diciéndole improperios ni cuánto se había pasado de los límites, pero tampoco había seguido el beso, de hecho, había sido quien lo acabó. Pero por un par de segundos sintió como si ¿le correspondiera? No, no. Eso ya era fruto de su imaginación.
             
Movió la cabeza para ambos lados repetidas veces quitándose la idea de la mente. Se cambió de ropa, se puso pijama y se acostó para dormir. Consiguiendo nulos resultados aquella noche.

             

Pasó una semana y Yonghwa se limitaba a dedicarle las palabras necesarias, pero sin mirarlo de frente. Empezaba a molestarle, pero sabía que no podía exigir trato diferente al que estaba recibiendo después de lo que había hecho.
             
Transcurrió otra semana y las cosas no cambiaron del todo. Yonghwa ya era capaz de mirarlo, pero sólo mientras le hablaba, el resto del tiempo se dedicaba a esquivarle la mirada. Más que molestarle, le empezaba a doler la lejanía del otro guitarrista.
             
Llegó una tercera semana y no habían avances. Toda su comunicación estaba restringida a “buenos días”, “buenas noches” y uno que otro comentario sobre los asuntos de la banda.
             
Los menores ya se habían dado cuenta de que algo ocurría entre los mayores, pero no habían querido entrometerse por pensar que ellos podrían limar sus asperezas por sí mismos, pero al ver que no había sido de ese modo decidieron investigar un poco. Minhyuk fue quien decidió acercarse a Jonghyun para tantear terreno.
             
-¿Jonghyun? –Se le acercó mientras éste practicaba con su guitarra en la terraza de la casa.
             
-¿Sí? Dime, Minhyukkie. ¿Pasa algo? –lo interrogó al ver el rostro del menor.
             
-No, nada... o sea, eso quería saber yo... –Jonghyun lo miró ladeando un poco su cabeza demostrando no haber entendido a qué se refería Minhyuk. –Es que... bueno, pasa que con Jungshin hemos notado que Yong y tú andan algo... raros –intentó explicarse. -¿Discutieron o algo?
             
-No pasa nada, Minhyuk. Nada. –Pero su tono dictaba de algo muy distinto. Se levantó y se dirigió a su habitación dejando a Minhyuk más desconcertado aún.

Cerró la puerta y se aventó a su cama con desgana. Claro que pasaba algo, pero no era que hubieran discutido precisamente. El problema era ese, para decir verdad. El problema era que siquiera lo habían discutido. Se tapó el rostro cruzando los brazos sobre él. Tenía que hablar con Yonghwa.

Si no le correspondía, prefería que se lo dijera, aunque ya lo tenía más que claro a esas alturas, pero al menos le daría el momento para aclararle que esperaba que lo ocurrido no interfiriera en su amistad y mucho menos en la banda. Y que esperaba que las cosas volvieran a ser como antes, ya él vería cómo sacarse aquellos pensamientos de su cabeza... y a él del corazón.

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