Lo último que quería hacer
Jonghyun a las cuatro y media de la mañana era tener que discutir con su socio,
pero cuando tienes por socio a un cabezota… no queda de otra.
-Minho, ya quedó y no se
habla más del tema -dijo en un tono que esperaba ser cortante mientras
acarreaba una caja desde la bodega hacia la barra del local.
-Jonghyun, mira… okey, metí
la pata… otra vez -añadió en respuesta a la mirada que su amigo de toda la vida
le daba. -Pero prometo que es la última vez.
-Ya escuché eso… ¿cuántas?
¿Seis veces? Esta es la séptima, Minho. ¡En un año!
-¿Y qué quieres que te
diga? Soy irresistible -dijo como si esa frase fuera todo en su defensa, y lo
suficiente para ello.
Jonghyun cerró con llave la
bodega y se dispuso a ordenar las botellas de la caja en la despensa.
-Mira, “Señor Irresistible”
-dijo encarando a su socio -, volveremos por la tarde, colgaré un maldito aviso
en esa vidriera y contrataremos al primer barman hombre del Éxtasis a quien espero no seduzcas esta vez
-enfatizó dándole pequeños golpes en el pecho a su amigo con su dedo índice.
-Si eso es un desafío, bien
puedo aceptar el reto -contestó el otro hundiéndose de hombros.
-Díselo al contador, cuando
se entere que tendremos que hacer más trámites por finiquito -dijo rolando los
ojos cansado de lo idiota y cabeza hueca que podía llegar a ser Minho.
-Jinki no tendrá que
preocuparse de nada si encontramos luego a otra chica. Te lo digo, Jonghyun,
esto es todo cosa de-
-De marketing. Sí, sí,
Minho. Ya me tragué ese cuento durante todo un año y lo único que he conseguido
hasta ahora es tenerte una compañera de cama de paso.
-¿Qué te digo? Como que me
llaman la atención las mujeres que saben preparar tragos… tiene que haber algo
en la forma en cómo agitan la coctelera. -El pelinegro se mordió el labio
mirando a la nada como si se lo imaginara.
-Y aun con eso, te las
ingenias para que te odien. Eres un idiota, ¿lo sabías? 36 años y aún no
maduras.
Ambos salieron de detrás de
la barra y Jonghyun tomó su chaqueta de cuero.
Bajaron la persiana del
bar, y Minho cerró con candado.
-Jonghyun, ¿no podemos…
reconsiderarlo?
-No. Está todo dicho, Choi.
Contrataremos a un hombre, y se acabó.
Kim Jonghyun y Choi Minho
habían sido amigos desde sus primeros años en la escuela, y no se habían
despegado desde entonces, a pesar de que sus intereses eran tan diferentes como
sus fisonomías podían serlo.
Minho había sido un chico
alto y atlético de una frondosa cabellera negra -todo de lo que aún podía
sentirse orgulloso -, quien siempre formó parte del equipo de fútbol y llegó a
ser el capitán en sus últimos años de la preparatoria, y como tal, sus mañas de
rompecorazones de la escuela se intensificaron en aquel entonces. Y en el otro
extremo estaba Jonghyun, quien llegó a ser tan atlético como Minho, aunque algo
más bajo, y no destacaba por ello sino por su inteligencia. Cada momento que no
pasaba entrenando, la castaña cabellera de Jonghyun podía vislumbrarse tras un
libro en la biblioteca. Casi cada año, era premiado como el mejor del salón.
A pesar de todo ello, no
fue hasta que llegaron a la universidad que tuvieron que separar sus caminos,
ya que sus aspiraciones los llevaron por rumbos diferentes. A Minho le llamaba
la atención el mundo de la publicidad, pero Jonghyun consideraba que se le daban
mejor los números que las palabras, así que acabó estudiando una ingeniería.
Pero eso no detuvo su
amistad. Una vez que hubieron acabado allí, las ideas comenzaron a fluir, y
ambos amigos se enfrascaron en la tarea de llevar a cabo un proyecto.
En la mitad de sus veinte
inauguraron un restaurant en el centro de Seúl al que progresivamente le había
ido bastante bien.
Cuando no pudieron dilatar
más el apestoso asunto del servicio militar, el negocio había quedado en manos
de la hermana mayor de Jonghyun, Kim Sodam, quien mantuvo el local en marcha y
llegó, incluso, a aumentar las ganancias.
Para cuando ambos
volvieron, el restaurant prácticamente funcionaba solo, y decidieron que Sodam
había hecho un buen trabajo, así que la mantuvieron en el puesto.
Después de un par de años,
habían decidido que necesitaban un nuevo reto, y fue allí cuando surgió
Éxtasis. Jonghyun decía que el nombre era demasiado para un bar, pero cuando
Minho lo había propuesto, a él no se le había ocurrido nada mejor, y luego ya
había quedado.
Tal y como había dicho,
Jonghyun volvió esa tarde y a las afueras del Éxtasis puso un aviso que rezaba:
“Se necesita barman con experiencia y disponibilidad inmediata. Horario de 8 pm a 4 am, de
martes a sábado.”
Después de seis
entrevistas, Jonghyun creía tener al chico perfecto para el puesto.
-¿Estás seguro? -le
preguntó su socio.
-Mira, con el tiempo sobre
la marcha, no me queda de otra. Y a menos de que se presente un mejor
postulante, voy a llamarlo ahora.
-Disculpen, ¿aún están
buscando un barman? -los interrumpió una voz.
Un chico rubio, alto y
delgado, tan delgado como a Jonghyun le parecía que era un tanto extremista
serlo, caminaba por el bar hasta quedar frente a ellos que estaban del otro
lado de la barra.
-Aún tienes una
posibilidad. Choi Minho -se presentó el pelinegro.
-Kim Kibum -se presentó el
recién llegado, sonriendo y tomando la mano que le ofrecía Minho, para luego
hacer lo mismo con Jonghyun.
-Kim Jonghyun.
-Me alegra oír que aún
tengo una posibilidad. Mi currículum -dijo ofreciendo unas hojas grapadas en
una de las esquinas que sacó de la bandolera que colgaba de uno de sus hombros.
-He estado buscando trabajo toda la semana -añadió haciendo una mueca que
esperaba demostrar el cansancio que aquello le producía.
-¿Tienes alguna
especialidad? -preguntó Minho a la vez que Jonghyun examinaba el currículum.
Kim Kibum. 27 años. Soltero.
Vivía en las cercanías. Cocinero, barista y barman. Había trabajado en tres
lugares en los últimos cuatro años, pero en el último parecía sólo haber durado
unos meses.
-Se me dan bien los tragos
de cóctel, pero sé hacer de todo.
-¿Dónde trabajabas antes?
-preguntó Jonghyun.
-Trabajaba en una discoteca
a las afueras. No le fue tan bien como el dueño esperaba -dijo hundiéndose de
hombros y frunciendo los labios. - Al final decidió cerrar el local antes de
perder toda la inversión.
-O sea, ¿podrías empezar
hoy mismo? -volvió a escrutar Minho.
-Si así gustan. -El chico
parecía muy entusiasmado con el hecho de finalmente haber encontrado trabajo, y
Minho le seguía las facciones. Jonghyun por su parte aún se lo pensaba. El
chico anterior no le había parecido nada mal.
Minho tomó el currículum
entre sus manos y le echó un vistazo casi despreocupado. Jonghyun, por su
parte, escrutaba al entrevistado de pies a cabeza.
-¿Nos das un minuto?
-preguntó el menor de los socios antes de jalar a Jonghyun hacia la parte
trasera del bar. -Yo creo que este chico tiene que quedarse.
-¿Qué tiene él que no hayan
tenido los otros postulantes?
-Por favor, Jonghyun. Es
cosa de mirarlo. Vitalidad, al parecer tiene más de un talento -dijo
mostrándole las hojas que aún llevaba en su mano. -, y necesita el trabajo. Es
joven y tiene espíritu, además de experiencia en locales nocturnos.
-¿Te volviste gay de un
momento a otro? Parece que estuvieras dándome razones para salir con él más que
para darle el puesto… obviando el hecho de que necesita el trabajo -pronunció
el otro cruzándose de brazos.
-Esto no tiene nada que ver
conmigo, Jonghyun -dijo dándole una mirada reprobatoria. -No es la chica de 28
o 29 años, con curvas y cabello largo que yo hubiese elegido, pero dados a que
quieres contratar un hombre… a mí me parece que él pega con mi visión de venta.
Estoy seguro de que sabe cómo llegar a la gente.
Jonghyun le dio una mirada
sin convencerse del todo.
-Escucha lo que te digo. El
local no es lo que es por los tragos que sirves sino por la gente que los
sirve.
Jonghyun dio un hondo
suspiro. Al menos estaban contratando a un hombre, eso mantendría al pene de
Minho donde pertenecía: en sus calzoncillos.
-Okey. Está bien. Pero
-levantó un dedo como si quisiera dejar en claro que pondría una condición. -,
lo pondremos a prueba. Dos semanas. Si no rinde como esperas, llamaré al otro
chico.
Minho le dio una mirada
cálida y lo abrazó, o más bien lo estrujó, antes de adelantarse para darle la
buena nueva al chico de la rubia cabellera.
-Buenas noticias, Kim
Kibum: ¡estás contratado!
-¿En serio? Wow, genial.
-Bueno, tenemos que hablar
de cifras y esas trivialidades, pero estás contratado.
-Te contrataremos, pero
antes estarás a prueba dos semanas -esclareció el mayor un tanto más sobrio de
ánimo que su socio.
-Por mí, está bien
-respondió el chico sin dejar de sonreír.
Esa misma noche, Kibum
comenzó su trabajo en el Éxtasis siendo observado de cerca por ambos amigos.
-Te lo dije. Mira a los
clientes, él sabe cómo llegar a ellos. Y si las cosas van como creo, pronto se
correrá la voz de que tenemos un hombre trabajando en la barra y las mujeres
comenzarán a llegar aquí como abejas a la miel -comentó el pelinegro sobándose
las manos con cara maliciosa.
-Aún no veo cómo podría eso
beneficiarte a ti. Si vinieran aquí sería por él.
-Sí, pero cuando se den
cuenta de la verdad, aquí estaré yo para consolarlas.
-¿Cuándo se den cuenta de
qué verdad? -lo escrutó el otro levantando las cejas.
-De que el chico es gay.
¿No me digas que no te diste cuenta?
Jonghyun se hundió de
hombros, pero la verdad era que había tenido sus serias sospechas cuando lo vio
entrar en el bar aquella tarde.
-De todas maneras, así como
se corra la voz de que hay un hombre en la barra también se correrá el otro
rumor. Así que no durará mucho tu estrategia.
El menor pareció pensárselo
y luego le hizo un gesto despreciativo.
-Me pondré a ayudarlo
mejor. Tú deberías ubicarte aquí en la caja y hacer algo productivo -dijo
Jonghyun dándole una mirada significativa a su socio antes de unirse a Kibum en
la barra.
Ya más de cerca, podía
escuchar como el joven entablaba cortas conversaciones con los clientes a
quienes atendía, y reía a sus bromas. Quizás Minho llevaba la razón con aquello
de que sabría cómo llegar a la gente.
La noche pasó más rápido de
lo que se habían esperado y cuando tocó despachar a los que siempre se quedaban
hasta el último minuto -asunto del que la mayoría de las veces se encargaba el
pelinegro -, Jonghyun le dijo a Kibum que habían terminado por ese día.
-Pensé que el horario era
hasta las cuatro…
-Por ser tu primer día no
tienes que ayudar a cerrar. Vete a casa y ya nos vemos mañana.
-Gracias. Voy por mis cosas
entonces.
Cuando regresó de la parte
trasera del local, se despidió de Jonghyun y Minho con un movimiento de la mano
y salió del local.
-¿Y?
-¿Y qué?
-¿Qué piensas del chico?
¿Aún quieres llamar al otro?
-Está bien, Minho, lo
acepto, ganaste. Se queda, pero aún así estará a prueba hasta que se terminen
las dos semanas.
-Algo me dice que no te
arrepentirás -aseguró Minho con una sonrisa, alejándose de regreso al sector de
las mesas para levantar las últimas sillas antes de poder irse a casa.
* * *
Al día siguiente, Kibum
llegó puntual a su turno de trabajo; Minho y Jonghyun recién estaban abriendo
la puerta del local.
Ya una vez dentro, se
dispusieron a poner en orden el lugar para la atención del público que
comenzaría a llegar en cuestión de una hora.
Mientras bajaban las sillas
de las mesas, Minho decidió qué era buen momento para realizar una entrevista
más personal al chico con el que trabajarían de ahí en adelante.
-Y, Kibum, ¿tienes pareja?
-No -contestó él con
simpleza, sonriendo. -Estoy soltero.
-¿Por falta de chicas o falta
de ánimo?
Jonghyun notó que Minho se
había referido a “chicas”, pero si no mal recordaba la noche anterior su amigo
le había dicho que creía que el chico era homosexual.
-Mas bien por falta de
chicos.
La respuesta los sorprendió
a ambos, pero sólo tomó por asalto al mayor, pues Minho había preguntado con la
clara intención de sacarse la duda.
-Bueno, al menos sé que no
me quitarás a las mujeres que vengan a este bar -comentó Minho riendo.
-Entonces asumo que también
está soltero, señor Choi.
-¿Qué te dije de lo de
“señor”?
-Lo siento. Entonces asumo
que también estás soltero, Minho.
-Exacto -contestó él con un
guiño. -Aquí el único amarrado es Jonghyun.
-¿Está casado, señor Kim?
-Separado -contestó el
aludido sonando más cortante de lo que había esperado. Realmente no esperaba
que le hablaran a él a pesar de que se había mantenido al tanto de la
conversación. -Pero se refiere a mi hija, no a mi ex -dijo luego con un tono
algo menos tosco.
-¿No te gustan los niños,
Minho?
-No, por supuesto que me
gustan,… mientras no sean míos; y de todas maneras, mi ahijada es un amor.
Quizás algún día la conozcas.
-Quizás. Yo también tengo
un hijo -agregó luego de algunos segundos.
Sus actuales empleadores no
alcanzaron a moderar sus expresiones para cuando Kibum ya se había dado cuenta.
Minho intentó formular la pregunta que estaba seguro no sólo rondaba en su
cabeza sino también en la de Jonghyun, pero las palabras no llegaban a su boca.
-Larga historia -dijo Kibum
al final riéndose, intuyendo el gran signo de interrogación sobre sus cabezas.
Cuando salió del asombro de
la confirmación mezclado con el del nuevo descubrimiento, Jonghyun les avisó
que ya sería hora de abrir así que sería mejor que se apurasen.
* * *
Los días pasaron y tal como
lo había predicho Minho, el público femenino había comenzado a aumentar en el
Éxtasis.
-Y así es como de todas
maneras te sales con la tuya y la nueva contratación sigue sirviéndote para
encontrar amante de paso, ¿no?
Minho sólo se rió y caminó
por entre las mesas del local, saludando alegremente a algunos de los
presentes, clientela habitual del bar.
Jonghyun movió la cabeza,
mitad en desaprobación mitad en gracia, y se condujo como cada noche hasta la
caja durante la primera hora, para ser reemplazado luego por Minho cuando él se
dirigiese a la barra para asistir a Kibum.
-No, llevo una semana
apenas -escuchó que respondía Kibum a un cliente mientras le entregaba un trago
casi celeste que él en su vida había tomado.
-Por eso -le contestaba el
chico de cabellos aún más rubios que los del mismo barman sonriéndole
ampliamente antes de dirigir su mirada hacia el resto del bar.
Cuando se unió a la barra,
Jonghyun le pidió inmediatamente la orden al primer cliente que divisó mientras
Kibum le pedía la suya a una chica que con mucho más descaro comenzó a
coquetearle desde el momento en que éste le hubo prestado atención. Jonghyun se
preguntó cómo podían existir chiquillas como esas que estuvieran buscando todo
el tiempo cómo ligarse a un hombre. Con malicia pensó que se llevaría una buena
sorpresa cuando se diera cuenta de que estaba lejos de interesarle a Kibum. Y
por segunda vez en lo que llevaba de trabajar ahí, el chico lo sorprendió a él
también cuando creía que no podía hacerlo.
Al tiempo que el barman
preparaba el trago solicitado, la chica intentó entablar una conversación.
Tendría que haber sido ciego para no ver cómo la chica afirmaba su cuerpo sobre
el mostrador haciendo más prominente el escote y le preguntaba a Kibum a qué
hora terminaba de trabajar. Kibum se había mantenido en silencio, pero una vez
acabado el trago, levantó la vista y con una sonrisa amable dijo:
-Gracias, pero soy gay.
Jonghyun tuvo suerte de no
tirar al suelo la botella que aún tenía en la mano, y la cara de la chica era
un total puzzle de colores de la cual se burlaba el chico que había estado
conversando antes con Kibum y que había regresado su mirada al barman.
La chica musitó un gracias
que fue apenas audible sobre el bullicio del local y se alejó en dirección a
una mesa donde la esperaban otras dos chicas.
Jonghyun notó cómo Kibum
regañaba al chico con el que había estado conversando antes, probablemente
diciéndole que no se riera de la situación. Por cómo había reaccionado, Kibum
parecía haber tenido que lidiar anteriormente con chicas como aquella.
No había transcurrido
siquiera una hora, cuando un chico moreno se dirigió con paso seguro hasta el
lugar de la barra donde se encontraba atendiendo Kibum, y éste lo saludó con
una sonrisa. Jonghyun que aún seguía con su idea de las dos semanas de prueba y
no le quitaba un ojo de encima al barman, se dio cuenta del gesto y de lo que
vino a continuación. Al tiempo que Kibum saludaba, el chico rubio que no se
había quitado de la barra desde el incidente con la chica, se giró en su
asiento y recibió con un fuerte abrazo y un beso de lleno en la boca al recién
llegado quien lo sujetó con seguridad y le devolvió el gesto.
Luego de aquella
demostración, el moreno le dirigió unas palabras a Kibum y luego de que
terminara de preparar un cóctel para otro cliente, éste le preparó un trago que
a Jonghyun le pareció hecho más para curar heridas que para quitar la sed.
Luego de aquello el mayor
decidió que estaba siendo obsesivo en su intento por mantener un ojo en su
empleado, así que se relajó y siguió atendiendo hasta que ya no fue necesario
en la barra.
-¿Quiénes son esos que
están con Kibum? -preguntó Minho una vez que se le hubo unido a Jonghyun en una
de las mesas que a esa hora ya iban quedando vacías. -¿Tendrá alguna cosa
preparada para esta noche? -sugirió con picardía y doble sentido en sus
palabras.
-No seas mal pensado,
Minho. No todo el mundo es un desvergonzado como tú. –Se apoyó en el respaldo
de la silla y miró a los clientes que aún permanecían en el local.
-¿Desvergonzado, yo? Eres
demasiado rudo con tu mejor amigo, Kim Jonghyun.
-Si tú lo dices –murmuró.
Justo cuando ambos miraron
de regreso a la barra, ambos chicos se despedían del barman.
-Permiso, pero si a ti no
te gusta el conventilleo, a mí sí.
Jonghyun se giró a ver a su
socio, pero este ya estaba de camino hacia la barra.
Kibum secaba algunos vasos
cuando Minho se sentó donde había estado hace poco el pequeño rubio.
-¿Y? ¿Amigos visitándote,
Kibum?
-No, o sea, sí. Lo siento,
Minho, prometo que no me distraje-
-Kibum, Kibum. No te estoy
regañando, si estuvieras en problemas no sería yo quien te lo estuviese
diciendo -dijo dando una mirada hacia Jonghyun. Kibum pareció relajarse. -Sólo
preguntaba. Entonces, ¿sí son tus amigos?
-Sí -contestó sonriendo. -A
Jongin lo conocí haciendo el curso de barista, y Taemin, el chico rubio, es su
novio. Les comenté que había comenzado a trabajar aquí y como no conocían el
local decidieron pasarse a ver qué tal.
-¿Y qué les pareció?
-Bien, todo muy bien.
-Me alegro. Gente joven es
lo que necesita este local –le aseveró guiñándole un ojo. -Vamos a cerrar en un
rato -le avisó mirando su reloj de pulsera. –No venderemos más tragos por esta
noche.
Kibum asintió y Minho se
alejó a la bodega.
El chico sentía que había
corrido con bastante suerte al encontrar trabajo en aquel lugar. El trabajo no
era para nada pesado -aún cuando después de la medianoche la barra estaba
atestada de personas en busca de un trago -, hacía lo que le gustaba, la paga
era buena y tenía jefes simpáticos.
Cerraron el local entre los
tres y luego de que Jonghyun pusiera el candado se despidieron.
-Kibum -lo llamó Jonghyun.
-¿te llevo a tu casa?
-No, no se preocupe. Vivo
cerca, no me cuesta nada caminar.
-¿Seguro?
-Seguro –afirmó brindándole
una sonrisa cordial.
-Está bien. Nos vemos el
martes -se despidió su jefe.
Minho lo imitó y se subió a
su moto. Jonghyun se alejó en su auto y Kibum caminó en dirección contraria.
Se enfundó las manos en la
chaqueta y no pudo reprimir un bostezo.
Siquiera se molestó en
prender las luces de la entrada cuando llegó a su casa. Se dirigió directamente
a su habitación, se quitó la chaqueta y se acostó sobre la cama. La temperatura
aún era lo suficientemente cálida como para que no le preocupara el tener que
abrigarse de noche.
Se abrazó a la almohada con
una sonrisa en la cara. Había sido una semana redonda. Entre haber conseguido
trabajo y las alegrías que conseguía día a día con la simple vida que llevaba,
estaba más que contento. Lo único que podía hacerlo aún más feliz en esos
momentos era saber que al otro día vería a Joonyoung.
* * *
-Voy a estar aquí
mirándote. Ve a jugar.
El pequeño castaño se
mostró reticente a dejar el lado de su padre, pero después de unos momentos
decidió acercarse hacia la fila de niños que esperaban su turno en el resbalín
de la plaza.
-¿Qué tal está Taeyeon?
-Igual que siempre –aseguró
con un aire de desgano.
-¿Vino ella a dejar a Joonyoung o lo
fuiste a buscar otra vez? –preguntó Taemin una vez que se hubieran los tres
acomodado en una de las bancas que rodeaban el lugar.
-Lo fui a buscar.
-¿Y no te dijo nada más?
-Claro que sí. Les manda
saludos –dijo con una sonrisa irónica.
-Tan considerada como
siempre –soltó Jongin en el mismo tono sarcástico.
-Ya la conoces –le contestó
Kibum haciéndole señas a Joonyoung que parecía estarlo buscando con la vista.
–Como quisiera que se quedara más días conmigo.
Sus amigos se quedaron en
silencio sin saber muy bien qué decirle ante su añoranza. Sabían que había dos
factores en contra de lo que el rubio quería: la madre del menor y el horario
de su actual trabajo.
-No tienen que decirlo, ya
sé que no se puede.
-Siempre puedo cuidarlo en
mi departamento el tiempo que estés en el trabajo y luego lo pasas a buscar.
-Gracias Tae, pero sé que
bajo esas condiciones sería imposible que Taeyeon me dejara tenerlo más días.
Taemin a su lado lo rodeó
con uno de sus brazos y apoyó su cabeza en su hombro. Sentía que era lo único
que podía hacer por su amigo en esos momentos.
-Hablando de Taeyeon, ¿has
sabido algo de tu hermana?
-Se me había olvidado.
Llamó hace unos días, te manda saludos.
-Podrías decirle que no he
cambiado mi teléfono. Que me llame si me quiere dar saludos.
Taemin se rió y prometió
recordárselo cuando Taeyeon volviera a llamar.
-Vamos por un helado
–ofreció Jongin.
-Okey. ¿Te traemos algo?
-Un café, gracias.
-¿Un café?
-Sí, un café.
-Okey, ¿y para Joonyoung?
-Supongo que será feliz con
un helado –respondió mientras veía al chico lanzarse resbalín abajo.
-Bueno, volvemos enseguida.
-Vale.
Justo cuando la pareja se
alejaba, Joonyoung llegó corriendo y se abrazó a su padre. Kibum se rió de su
gesto tan repentino y lo tomó en brazos subiéndolo a su regazo.
-Te amo, enano. –Le besó la frente.
Por toda respuesta, el menor se abrazó más fuerte a
él.
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He vuelto (:
La verdad, había dudado si publicar este fic ahora o no porque tenía (tengo) algunas dudas sobre la futura trama... pero en la vida hay que tomar algunos riesgos y luego de un cambio de último momento (no tan último momento, pero de hace muy poco xD) decidí publicarlo y ya veremos que sale de esto...
Desde ya les doy las gracias por darse el tiempo de leer y darle una oportunidad a este nuevo proyecto mio... Comentarios son siempre bienvenidos! ^^
Saludos! n-n